(Publicado en La Voz del Sur el 10 octubre 2019)
Decíamos
ayer…en mi artículo de opinión titulado ¿Realmente estamos ante una emergencia
climática?, que el viernes 27 de septiembre, el mundo globalizado se enfrentaba
a una jornada histórica, la que representaba la convocatoria de huelga
a nivel mundial por el clima, que se convirtió en nuestro país, en la mayor
movilización climática registrada, para exigir a las autoridades pasar de las
palabras a los hechos.
Y por si esto
fuese poco, el pasado lunes 7 de octubre en Madrid, observé con ilusión, el
impulso de cientos de activistas que
acamparon de forma pacífica en distintos puntos de la capital, para
reclamar una respuesta política y una acción inmediata, ante el estado de Emergencia
Climática en el que se haya nuestro país.
Las devastadoras inundaciones, los grandes incendios y el aumento de la contaminación son algunos de los efectos del calentamiento global que ya sufrimos en España, uno de los países europeos que se verá más afectado por la crisis climática si no se adoptan medidas de choque de inmediato.
Y no, nada se
está haciendo desde las instituciones, ningún Gobierno acomete respuestas contundentes a las
demandas de las decenas de miles de personas en el presente, que serán millones
en el futuro.
Si España es
uno de los países más afectados por el cambio climático, Andalucía es
uno de los territorios más afectado por la crisis climática, por ello es
urgente adaptar nuestra economía a los escenarios de escasez de agua o subidas
del nivel mar esperados para nuestra tierra, y la atención al fenómeno
migratorio será un problema a la inversa, ya que las propias andaluzas y
andaluces lo seremos en breve, teniendo que buscar acomodo hacia tierras más
septentrionales.
Así mismo la agricultura y el sector turístico, fundamentales en nuestro PIB andaluz, no podrán hacer frente a las amenazas sino se pone en marcha un pacto de estado para la emergencia climática.
Transformar la
sociedad con una transición ordenada, que afronte las crisis climática,
ambiental, ecológica y energética, en el poco tiempo que nos queda según los
informes científicos, no es tarea sencilla, pero desde EQUO Verdes
pondremos todo nuestro esfuerzo y empeño por explicarla y llevarla a cabo,
trabajando desde la coalición Más País-EQUO.
Porque el fracaso del bloque progresista para llegar a un acuerdo de gobierno,
en plena situación de emergencia climática, debe ser desbloqueado, y debemos
llegar a un gran pacto de estado para hacer frente a las enormes amenazas de la
emergencia ecológica y social , que suponen a su vez un enorme reto, frenando
el desempleo aprovechando nuestros recursos energéticos limpios y sostenibles
como son el Sol y el viento, apostando por la soberanía alimentaria y la
agroganadería ecológica y extensiva, promoviendo la movilidad sostenible con un
plan de choque que se adapte a las necesidades de inversión en mejora del
transporte público y la electrificación de la red de distribución de personas y
mercancías, y entre otros nichos de empleo verde, el uso de nuestros residuos
como recursos, a través de la economía circular, generando compost urbano a
través del quinto contenedor, apostando por la reparación frente al modelo de
usar y tirar, reducir los desechos plásticos y aprovechar los de vidrio, con el
sistema de depósito y retorno de envases que premia a quienes reciclan en el
contenedor verde y amarillo.
Para ello hay que llenar el Congreso de políticas verdes,
sin maquillajes, logrando que por vez
primera en la historia, se constituya un grupo verde en el parlamento nacional.
Más de medio centenar de compañeras y compañeros, candidatas y candidatos de
EQUO en la cita electoral del 10 de noviembre, reafirmamos nuestro compromiso
con el feminismo, el pacifismo y el ecologismo, para poner la transición ecológica, la justicia social y ambiental, y la
radicalidad democrática, en el centro de las políticas del
país, en la coalición Más País-EQUO.
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