INDIGNADO ACTIVISTA, REBELDE SOLAR Y RADICALMENTE DEMOCRÁTICO

viernes, 11 de noviembre de 2016

Reflexiones tras la 3ª Asamblea Federal EQUO: Soñemos sin miedo

El primer fin de semana de noviembre de los años pares, celebramos la Asamblea Federal de EQUO, la cooperativa política a la que dedico gran parte de mis esfuerzos diarios.
Como principio fundamental, elegimos a las personas que ejecutarán el mandato que entre todas se da a la comisión ejecutiva, y a la vez nos dotamos con los contenidos políticos que vamos a desarrollar, la estrategia y organización del colectivo y las reglas internas para llevar ambas cuestiones a cabo.

En primer lugar tengo que dar las GRACIAS a las personas que han depositado su confianza en mí, para trabajar nuevamente desde la Comisión Ejecutiva Federal estos próximos dos años.
Es a la vez motivo de enorme alegría y satisfacción personal, como enorme es la responsabilidad.
Espero realizar la tarea desde la honestidad y generosidad en el esfuerzo, para el desarrollo de la ecología política en este país, tan necesitado de ella. Sabed perdonar los fallos que seguro cometeré.
El mundo es de los valientes, a los que nadie les dijo que algo era imposible, y lo acabaron consiguiendo. 
Somos muchas las personas que luchamos y nos esforzamos cada día desde EQUO para conseguir una sociedad más verde, justa y sostenible.

Y sabemos que la transformación necesaria y urgente, para abordar los problemas globales a los que nos enfrentamos, pasa por la ineludible unión desde la diversidad.
Colectivos sociales, políticos, sindicales, debemos aunar esfuerzos, crear sinergias y multiplicar la ilusión que mucha gente está esperando.

La diferenciación de las propuestas que desde la ecología política EQUO ya está implementando en todas las instituciones, debido a nuestra presencia en Europa, Congreso, Asambleas Autonómicas y arcos plenarios locales, sirve de altavoz para fortalecer nuestro discurso, y con los más de cien cargos electos, debe servir para aumentar la familia verde con todas esas personas que a diario reclaman una mayor y mejor defensa de los derechos sociales y medio ambientales.

No estamos solas, muchos colectivos nos escuchan, y siguen sorprendiéndose de la claridad de ideas y proyectos, que de manera transversal, proponemos como soluciones enfocando de manera diferente y diferenciada al resto de opciones políticas.

En segundo lugar me felicito por el número de mujeres elegidas para la ejecutiva de EQUO, un total de 10 de 14 personas que la componen.
Sin duda ecologismo y feminismo van de la mano, y crear un mundo más justo, más tierno, sin mujeres en las parcelas donde se toman las decisiones, simplemente sería imposible.

Feminismo en los cuidados de las personas, del Planeta y del resto de especies que componen la biodiversidad que nos da la vida.
Feminismo en el concepto de cooperación frente al de confrontación, que actualmente es la practica habitual, en una sociedad patriarcal y machista, que una y otra vez nos lleva a atacar posiciones, puntos de vista diferentes de los rivales, regiones y hasta países enteros, con el fin de imponer nuestros criterios, o expoliar aquellos bienes o materias primas que nos interesan.

Esto nos lleva a la tercera columna en la que debemos basar la transición hacia un modelo verde de sociedad, el pacifismo.

Sin él no se puede desarrollar ni el feminismo, ni por tanto el ecologismo.
Son conceptos que van de la mano para conseguir el objetivo que nos mueve y apasiona, la sostenibilidad en un mundo más amable, basado en la justicia social y medio ambiental, como dos caras de la misma moneda.

Por último, en esta primera semana del futuro de EQUO, escribo estas torpes líneas desde el estupor de quien tras escuchar la entrevista a Naomi Klein en Salvados el domingo pasado, en la que nos indica lo que estamos haciendo bien y nos propone el camino para hacerlo aún mejor, observa que la amenaza ya no es “fantasma”, ha pasado a ser una realidad con la victoria de Trump como presidente de EEUU, que puede ser el inicio de una cascada de ultranacionalismos populistas al otro lado del Atlántico. 
La gente está agotada de resistir, de resignarse, de buscar lo menos malo, necesita construir alternativas, volver a ilusionarse, generar dinámicas grupales de colaboración y no individualistas de oposición, y ese el centro de nuestro discurso, y por tanto esa debe ser nuestra acción.

No subestimemos la gran oportunidad y responsabilidad que tenemos por delante y soñemos, sin miedo, en la sociedad que queremos.