INDIGNADO ACTIVISTA, REBELDE SOLAR Y RADICALMENTE DEMOCRÁTICO

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miércoles, 1 de agosto de 2018

1 de agosto 2018: La humanidad ha gastado todos los recursos naturales que la Tierra puede reponer en un año

Me cuesta repetir posts en mi blog, pero hoy me toca realizar dicho ejercicio, al conocer la noticia que refleja el titular.



La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos.

En el año de mi nacimiento 1966, la humanidad consumía alrededor de sólo 2 tercios de los recursos naturales disponibles en todo el Planeta. 

El año 1986 fue el último año de equilibrio entre lo que consumimos y dicha regeneración propia.

En 1995 el 21 de noviembre fue la fecha en la que terminamos con todos los recursos.

En el año 2000 consumimos los recursos disponibles el día 1 de octubre.

En 2014 ya los consumimos el 19 de agosto. 

Y este año 2018, hoy 1 de agosto, la humanidad, sobre todo las personas que vivimos en las zonas más ricas del Planeta, hemos gastado todos los recursos naturales que la Tierra puede reponer en un año. 

De aquí a final de año, viviremos a expensas de las generaciones futuras, endeudándolas sin derecho alguno.



Debe ser que no ha interesado mucho saber el precio de una ave, un reptil, una retama o un mamífero, es más, me atrevería a decir, vistos estos datos, que la vida humana se valora en este sistema, por la capacidad de producir y consumir que tenemos como individuos, y no por el simple hecho de ser una persona humana.
Necesitamos casi tres Españas para mantener nuestras necesidades de consumo y si el resto de seres humanos vivieran con el mismo modelo como el que vivimos hoy en España, necesitaríamos 2,1 planetas Tierra para sostener este sistema.




Esto no significa que a partir de mañana no tengamos alimentos, agua, energía o materias primas disponibles, significa que, a partir de mañana dichos recursos los estaremos tomando “prestados” de los recursos que necesitarán las futuras generaciones de nuestra especie para sobrevivir.

Aparte del egoísmo implícito que supone esta situación a nivel moral, el colapso civilizatorio que prepara este escenario, es contrario a lo que cualquier especie tiene firmemente anclado en su carga genética: reproducirse procurando los recursos necesarios a sus descendientes para poder perpetuar su especie.

Estamos inmersos en una profunda crisis que es económica, política, social y ambiental. En suma una crisis sistémica y civilizatoria que amenaza  nuestra supervivencia directamente y  choca contra los límites del planeta, debido a  la quiebra del crecimiento infinito como modelo a perpetuar.


Nuestros gobiernos renuncian a las políticas medioambientales, como si la naturaleza no fuese el sustento de la economía y de la propia vida.

Renuncian a hacer frente al cambio climático y la desertización,  parando en seco la transición hacia las energías renovables.

Gobiernos que no han tomado lecciones de los errores del pasado y siguen profundizando la agresión al paisaje y el territorio, continuando inversiones en grandes infraestructuras para el automóvil, trenes de alta velocidad, manteniendo vigentes los planes urbanísticos desarrollistas que multiplican el suelo ya urbanizado, y poniendo en marcha la legalización y consolidación del fenómeno de urbanización ilegal que ha dejado crecer sin control en las costas españolas.

Gobiernos que no hacen nada para revitalizar los ríos que estamos dejando morir.

Gobiernos que no hacen nada efectivo para detener la erosión y contaminación de nues­tros suelos fértiles y nuestros acuíferos; que no hace nada por disminuir la pérdida de calidad de nuestro aire, la contaminación acústica, lumínica y electromagnética. 

Gobiernos que no frenan, sino todo lo contrario, la plantación en nuestros suelos de alimentos modificados genéticamente, convirtiendo a España en un laboratorio de las empresas multinacionales dedicadas a dicho negocio como Monsanto, Syngenta o Bayer.

Gobiernos, que como el andaluz, quieren volver a aplicar la extracción de gas por métodos de inyección de líquidos contaminantes en el subsuelo,(Fracking), en vez de prohibirlos por y para siempre.

Así las cosas. La Tierra no entiende de apuestas de casino ni de regateos de comerciantes avezados.

                                         
                            ¿Actuamos? ¿O esperamos al colapso? 
                               Cuidemos el lugar dónde vivimos.
     
COMO NO HAY PLANETA ALTERNATIVO,DEBEMOS BUSCAR MODELOS ALTERNATIVOS, Y LA ECOLOGÍA POLÍTICA LO PROPONE Y EQUO LO DEFIENDE EN LAS INSTITUCIONES Y EN LA CALLE

jueves, 19 de julio de 2018

Playas o casas, ¿Qué queremos salvar antes del naufragio?

Hoy he realizado esta intervención en el pleno del Ayuntamiento de Rota, que por su interés como documento en el futuro, me atrevo a colgar en esta entrada de este sencillo blog personal.

Hace justo un año EQUO Rota Verdes emitía el siguiente comunicado:
“Tras el inicio de las obras de dragado para la regeneración de la playa de la Ballena que el Gobierno central está acometiendo, desde Equo Rota Verdes consideramos que es una actuación en la que se invierte mucho dinero, alrededor de 2,5 millones que además de no poner solución al problema real de regresión del litoral, conlleva mucho esfuerzo económico y energético que se esfumará con el primer temporal que llegue a nuestra costa”. +ínfo aquí
No, no es un ejercicio de adivinos avanzados, es una lectura de los informes científicos que nos dicen que los temporales serán cada vez más virulentos y con una mayor periodicidad.
Desgraciadamente meses después se esfumaron los 2,5 millones, la arena, y el esfuerzo económico que aportaron todos los españoles con sus impuestos. +Info aquí
Evidentemente dragar el fondo oceánico para aportar arena a la playa no es la solución, es una tirita muy cara para un enfermo diagnosticado de una grave enfermedad conocida como Cambio Climático.
Pero es que además de ser cara e inútil, esta tirita destruye el ecosistema marino, empeora por tanto las condiciones naturales de la playa, y apaga el fuego con más gasolina, la que convierten en emisiones de CO2, que es la causa principal de la enfermedad, la maquinaria necesaria para llevar a cabo el aporte de arena.
Se entiende que el equipo de gobierno solicitase de manera urgente a los organismos competentes las reparaciones de los desperfectos causados, no así el nuevo aporte de arena a la playa.
Y sin duda echo en falta la solicitud de los estudios que puedan de manera urgente, dar los datos para iniciar actuaciones que realmente minimicen los daños, que aún serán más graves en el futuro.
Hay que conocer los cambios en las corrientes producidos por espigones y puertos y saber la manera natural que tiene el mar de mover los bancos de arena, para convertir en aliadas dichas construcciones que pudiesen incluso acometerse para mejorar el aporte natural de arena a las playas.
Hay que preguntar y preguntarse, el motivo por el que las cuencas fluviales ya no aportan arena a las costas con la misma intensidad, y estudiar el impacto de regadíos para agricultura y ganadería intensivas en dicha falta de aporte arenero, porque la gestión hídrica quizás resulte un factor a tener en cuenta, y los miles de pozos ilegales que colmatan las capas freáticas no ayudan.
Y sobre todo hay que empezar a abrir el debate sobre si queremos tener unas playas en perfecto estado o defender las propiedades privadas, es decir campos y casas de la gente.
Porque volviendo a los informes, ni lo dice EQUO ni los ecologistas radicales, es el instituto metereológico americano, quien en sus mapas de predicción sitúa a Rota bajo las aguas del Atlántico en 2050.
Y para evitar lo uno y lo otro, es decir seguir teniendo playas y gente que las pueda disfrutar, hacen falta quizás, tiritas mucho más caras que las de un simple dragado.
Hay que empezar desde el liderazgo político a decir a la gente lo que está ocurriendo, no ponernos la venda en los ojos, ni actuar con paños calientes, hay que iniciar la transición necesaria en muchos ámbitos para conseguir detener o ralentizar la subida del mar, y hay que llamar a todas las puertas y solicitar la misma ayuda urgente que se hizo tras el temporal, porque quizás el siguiente, o el siguiente, o el siguiente, no se limite a dejar con menos arena las playas.
Confío, quizás demasiado, que el acertado ministerio de transición ecológica creado por el gobierno de Pedro Sánchez, ayude en estos menesteres, y seguro que la figura de Teresa Ribera, escucharía atentamente este relato que hoy expongo.
Seamos pues valientes y lideremos tanto la transición urgente y necesaria para minimizar los impactos del cambio climático, como las actuaciones necesarias para defender a las personas.
Porque no hay planeta B a donde ir, ni tampoco habrá una Rota B donde vivir, si esta yace bajo las aguas del mar dentro de tres décadas.

Mateo Quirós interviene en el pleno de Rota (Cádiz)

jueves, 27 de abril de 2017

1º mayo 2017 Reclamando empleo digno y sostenible

Este 1º de mayo reivindicamos el derecho a un salario digno, a unas condiciones laborales estables, a unos contratos que cumplan los convenios, en definitiva reivindicamos el derecho al trabajo y a una vida digna.


 Pero, ¿qué tipo de trabajo?

El crecimiento, dogma de fe del sistema económico actual, dicta cual sentencia que nuestra economía tiene que crecer para que crezca la tarta económica y la tarta de recursos materiales, para su reparto entre empresa y trabajadores, sea a través del mercado privado o del Estado.

Mientras esa tarta crezca, aumentará el empleo, aumentará la producción y por una parte el empresario tendrá garantizado una parte creciente del pastel para sus beneficios, y las personas trabajadoras tendrán garantizados sus empleos.

Pero…si la tarta se contamina, uno de sus ingredientes básicos empieza a faltar, la energía para calentar el horno donde cocinamos se agota o se encarece, y algunas personas se quieren comer trozos cada vez más grandes, ¿Qué ocurre con la tarta?

Y si el molde tiene límites, ¿Cómo va a crecer más la tarta para mantener beneficios para todas?

Pues cuando ocurre todo eso, y es lo que está ocurriendo, el dogma del crecimiento infinito se acaba y la realidad es muy dura.

Hoy en día asistimos a un socialismo de Estado para los más ricos, donde ciertas dosis (o grandes dosis) de corrupción, destinan fondos públicos a rescatar bancos, autopistas, constructoras, energéticas..., y por otra parte existe un capitalismo salvaje para los más pobres, quienes cada vez acaparan menos rentas del capital y tienen menor capacidad de ahorro, lo que convierte a este mundo en un lugar cada vez más inseguro, bélico e insostenible, como resultado de las luchas por los recursos básicos para subsistir. 

En tiempos de "vacas flacas" como el actual, la economía del crecimiento nos conduce al colapso social, al aumento de las tasas de paro, de pobreza y desigualdad inasumibles, que generan miseria y por tanto violencia.

En tiempos de "vacas gordas" nos lleva directamente al colapso ecológico y pérdida de biodiversidad, incompatibles con la ecodependencia que tenemos los seres humanos, como un ser vivo más de una gran cadena de vida en el Planeta.

Es una sucesión de crisis: energética, climática, social, alimentaria, política, de valores.

Vivimos en un sistema depredador de personas y recursos, y por tanto asistimos como espectadores a una decadencia estructural y progresiva de la sociedad del crecimiento, con un único final, el colapso civilizatorio. 

Por ello debemos preguntarnos por qué y para qué vivimos, y sobre todo, cómo conseguir que el círculo producción, consumo, trabajo, tiene que tener en cuenta la capacidad del Planeta para ofrecer recursos justos y limitados, así como gestionar los residuos que produce nuestra actividad, para no envenenar los ingredientes de la tarta que nos alimentará.

Repartir los trabajos en igualdad, entre todos y todas.
Redistribuir las riquezas, instaurando una renta básica universal y una renta máxima.
Redistribuir la tierra y los recursos naturales en base a la justicia social y ambiental.
Reutilizar, reparar, reciclar, como método para reconvertir nuestros residuos en recursos.
Reconvertir el modelo productivo hacia uno sostenible a través de empleos verdes y dignos.
Relocalizar la economía en circuitos cortos de consumo y producción que sean más eficientes energéticamente...
...y sobre todo, borrando de nuestras mentes la lógica del crecimiento,será posible prosperar sin crecer, y vivir mejor con menos.



lunes, 2 de enero de 2017

2017 El año de la transición hacia otro modelo de sociedad

Seguimos batiendo récords de subida de temperaturas a nivel mundial.
2016 el año más cálido, superando a 2015 que ya lo había sido, superando a su vez 2014 que también batió todos los registros.
Como veréis en la imagen, la provincia de Cádiz ha batido récord absoluto,y no hace falta ver una imagen ni leer un informe estadístico, sólo es necesario salir a la calle o ir a la playa para comprobarlo.
El resultado de ello no es una cifra, es un deterioro de las condiciones de vida, disminuyendo las capas freáticas que nos dan de beber, las cosechas que nos alimentan, el aumento del ciclo de reproducción de insectos y plagas que se desarrollan mejor en climas más cálidos, la desertización de las tierras, el descenso del turismo por olas de calor insoportable en verano, en definitiva, el aumento de las temperaturas desencadena desempleo, pobreza y futuro incierto.
Iniciar la transición hacia otro modelo energético, económico y político es la solución a ambos problemas, el medio ambiental y el social, mejorando con ello la salud de las personas, la del entorno natural, generando un futuro cierto a las siguientes generaciones, mejorando la vida presente de las personas.
Autoconsumo con balance neto para aprovechar nuestras oportunidades en energías renovables.
Soberanía alimentaria impulsando la producción de alimentos en cooperativas agroecológicas, con ciclos cortos de distribución que necesitan menos gasto energético en su distribución.
Apoyo al comercio local y de productos de cercanía, de temporada y de comercio justo, a través de claúsulas sociales y medio ambientales en la contratación de servicios y bienes de consumo en las administraciones.
Rehabilitación de los edificios que permita un ahorro energético para obtener el mismo grado de confort en ellos.
Apoyo a la movilidad sostenible en ciudades con la triple alianza, peatón, bicicleta y transporte público, convirtiendo nuestros cascos antiguos en modelos de ciudad más amable con su peatonalización y zonas periféricas con el modelo Ciudad30 donde el vehículo privado deba acomodarse a las personas y no al contrario.
Impulsar de una vez y sin temor, la construcción de electrolineras para vehículos eléctricos.
Poner en marcha de manera general, los sistemas de depósito, devolución y retorno, para que los beneficios de los residuos se distribuyan entre la ciudadanía, disminuyendo a su vez las ingentes cantidades que hoy día acaban incinerándose contaminando el aire, o desperdigadas por ríos, lagos, playas, mares y almacenadas en vertederos ya colmatados.
Gravar con impuestos las actividades más contaminantes y aumentar deducciones fiscales a las más sostenibles.
Acabar con las Puertas Giratorias y mejorar la transparencia en la gestión de las administraciones, haciendo partícipe a la ciudadanía de las decisiones políticas que se tomen con presupuestos realmente participativos.
Crear una banca pública que gestione los recursos y la fiscalidad, para dotar económicamente de liquidez a estas actuaciones.
Todo ello y más, es posible, deseable y urgente de acometer.


miércoles, 12 de octubre de 2016

Deseo colaborar para actualizar una versión mejorada de EQUO

Hace cinco años, pensaba que vivía en una isla.
Una isla de indignación.
Una isla de enfado.
Un islote rocoso de ira, al observar las injusticias sociales y medio ambientales que a diario poblaban mi realidad de auténtica rabia, por no poder articular mecanismos que pudieran revertir los procesos de degradación a todos los niveles.
Inmersos en una crisis civilizatoria, observaba la impasible sociedad, mezcla entre una España que bostezaba y otra España que moría.

Fue entonces cuando conocí el proyecto de cooperativa política que es EQUO.


En estos cinco años he conocido y caminado de la mano con tanta buena gente, que no podría imaginar ya mi vida sin todas ellas, EQUOcompañeras de todos los territorios, que sin este proyecto nunca hubiese conocido, y peor aún, que nunca hubiera echado de menos, al no saber de su existencia.

Sin duda alguna, agradecer a los promotores de este proyecto, es más que un ejercicio de mera educación, es un profundo sentimiento de cariño. No doy nombres porque seguro que me olvido de alguien, y el proyecto siempre está y estará, por delante de las personas que lo formemos en cada etapa.

El EQUO de 2011 era un recién nacido en una sociedad que veía por vez primera en lustros, una llama de esperanza a través del 15M.
Muchas EQUO activistas nos pusimos nombre y cara por vez primera en esos espacios, aún sin saber que la ecología política uniría nuestros caminos apenas un mes después, junto a otros grandes luchadores del espacio ecologista.


Pero ya estamos en 2016, como un suspiro han pasado más de 5 años.
Años de crecimiento personal y político.
Años en los que desde la política local, hemos presentado mociones al pleno de Rota (Cádiz), la ciudad donde vivo, que han sido aprobadas a pesar de no tener representación. (Imaginad lo que nos ha costado)


Años de activismo en la calle, con lluvia, con viento, sí ese viento gaditano que casi nunca cesa, con frío (poco) con Sol (mucho) dando a conocer nuestro proyecto y propuestas, siempre con una sonrisa cuando el escuchante apenas sabía articular correctamente el nombre de nuestro partido.


Años de campañas electorales como candidato en las europeas, generales, autonómicas e impulsando la confluencia en las locales.
Años de recoger experiencias desde la Comisión Ejecutiva Andaluza de EQUO, de la mano de grandes compañeras de viaje.
Y finalmente, aún mayor aprendizaje en la Comisión Ejecutiva Federal (CEF), y con alguna que otra intervención en Bruselas en jornadas sobre fracking y política energética.


 Todas estas experiencias han reafirmado dos principios básicos que siempre he puesto en práctica:
.- La honestidad, generosidad y esfuerzo, no tejen un camino recto y sencillo que te haga llegar rápido a tu destino, sino al contrario. Y eso, amigas, genera un debate interno denominado reflexión, que sirve para dejar impronta de lo aprendido hasta ese momento.
.- La sonrisa, el cariño, el afecto, la empatía, deben ser las bases desde las que surja la política del futuro, y son pilares de lo que entiendo ahora que significa ser verde. Futuro y sonrisa, fraternidad y valentía, o como decía Petra Kelly, ser tierno y subversivo.


Para transformar la sociedad, hacen falta muchas manos pero un solo corazón, y personas como Rosa y Florent, que anunciaron hace unos días su candidatura a coportavoces  y otras compañeras con las que comparto una afinidad en el modelo de partido, las formas, el fondo y la manera de transmitirlo, han dado ya el paso valiente, con sus candidaturas a la CEF: Sara, Ana, Mar, Mónica, Elena, Alejandro, Antonio, Alberto,Manuel y Toni, ¡GRACIAS!

Desde la más absoluta franqueza, pienso que ahora es el momento de superar el EQUO de 2011, de actualizarse y mirar hacia adelante. Somos muchas las personas que luchamos y nos esforzamos cada día desde EQUO por una sociedad más verde, justa y sostenible. 
Todo ese trabajo necesita de una estrategia y una visión de futuro. Toda la gente trabajadora, comprometida, incansable, que tenemos en el partido, no merece sentir que su trabajo no va a ninguna parte.

Para ello debemos superar al menos dos retos:

Estar cohesionados internamente, y para ello todas las ideas son válidas.
Tender puentes entre las diferentes visiones y velocidades que puedan existir, se me antoja urgente para conseguir lo importante, ser una alternativa y actor político independiente, que se presente a través de muchas caras y dialécticas argumentales holísticas, y no solo ambientalistas.

Y comunicar a la ciudadanía, que los límites del planeta, de las materias primas y la escasez de energía fósil abundante y barata, además del posible colapso civilizatorio por causa del cambio climático, son el eje transversal que mueve toda una batería de propuestas urgentes desde la ecología política a todos los niveles: medio ambiental, social, político y económico.
- generación de empleo verde digno y sostenible a futuro
- fiscalidad realmente progresiva e implacable con los sectores más contaminantes
- distribución de riquezas contra acaparamiento
- decrecimiento frente a productividad
- participación contra representación
- colaboración versus confrontación
- todo ello desde lo local a lo global.


Sigo recordando con cariño la frase que me atrajo a este proyecto cuándo nunca antes había intervenido en política: somos ciudadanas construyendo un partido al que votar.
Y creo firmemente que esa frase debemos tenerla en cuenta en el día a día, y es el elemento que nos diferencia.

EQUO es, ha sido y será, una herramienta de unión de diferentes colectivos políticos y sociales, que proponen el cambio de modelo social, económico, político y medio ambiental que deseamos, y para ello colaboro con cientos de compañeras que trabajan a diario en la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético,Plataforma Andalucía Libre de Fracking, Red Andaluza contra el TTIP/CETA y Plataforma Andalucía Libre de transgénicos.
Para el cambio de rumbo que hay que emprender, es necesaria la colaboración de todas, convirtiendo en fortalezas todas las amenazas que día a día nos encontramos.

Miles de pies en la calle para seguir reivindicando lo justo, y un pie en las instituciones donde toman forma de leyes esas reivindicaciones, es más que una mera declaración de intenciones, es una realidad basada en la presencia de EQUO en el Parlamento Europeo, Congreso de los Diputados, Parlamentos Autonómicos y arcos plenarios de las corporaciones municipales, incluso siendo gobierno en Puerto Real (Cádiz).


La Asamblea Federal de noviembre 2016 será el punto de inflexión para retomar de nuevo esa ilusión que nos atrajo en 2011, porque el FUTURO SERÁ VERDE O NO SERÁ.
Debemos, compañeras, seguir aferradas a las personas, a sus ideas, a su esfuerzo, a su generosidad, a su determinación, a su implicación, en definitiva aferradas a lo que significa la ilusión que nos transmite y transmitirá SIEMPRE este proyecto político.

No subestimemos la gran oportunidad y responsabilidad que tenemos por delante y soñemos, sin miedo, en el EQUO que queremos:

Un #EQUO2p0 con más #TernuraySubversión

He defendido desde el minuto uno un EQUO ecologista, horizontal, feminista, animalista, radicalmente democrático y no productivista, diferenciado del resto de fuerzas políticas. Y la convicción en estas ideas me mueve a querer seguir trabajando en la CEF desde la experiencia, la rendición de cuentas, el diálogo y el esfuerzo desinteresado. Quiero acercar la CEF a las bases: garantizar que la afiliación conoce el trabajo diario, apoyar a nuestros territorios y saldar la deuda económica que tenemos con ellos.

Y lo seguiré defendiendo en el futuro con el permiso de todas vosotras.



lunes, 8 de agosto de 2016

8 de agosto 2016: La humanidad ha gastado todos los recursos naturales que la Tierra puede reponer en un año

Me cuesta repetir posts en mi blog, pero hoy me toca realizar dicho ejercicio, al conocer la noticia que refleja el titular.



La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos.

En el año de mi nacimiento 1966, la humanidad consumía alrededor de sólo 2 tercios de los recursos naturales disponibles en todo el Planeta. 

El año 1986 fue el último año de equilibrio entre lo que consumimos y dicha regeneración propia.

En 1995 el 21 de noviembre fue la fecha en la que terminamos con todos los recursos.

En el año 2000 consumimos los recursos disponibles el día 1 de octubre.

En 2014 ya los consumimos el 19 de agosto. 

El año pasado la fecha se adelantó al 13 de agosto 2015

Y este año 2016, hoy 8 de agosto, la humanidad, sobre todo las personas que vivimos en las zonas más ricas del Planeta, hemos gastado todos los recursos naturales que la Tierra puede reponer en un año. 

De aquí a final de año, viviremos a expensas de las generaciones futuras, endeudándolas sin derecho alguno.



Si seguimos esta progresión, en 2030 nos quedaremos sin recursos sobre finales de junio, y nos acercaremos un poco más al colapso ecológico, más injusticias, conflictos, desigualdades, inestabilidad, guerra, violencia...todo para conseguir, lo que la naturaleza nos ha ofrecido de manera generosa, agua, alimentos, oxígeno, materias primas,…, que no hemos sido capaces de poner en valor, ni siquiera en una sociedad capitalista, que pone precio a todo y a todas.

Debe ser que no ha interesado mucho saber el precio de una ave, un reptil, una retama o un mamífero, es más, me atrevería a decir, vistos estos datos, que la vida humana se valora en este sistema, por la capacidad de producir y consumir que tenemos como individuos, y no por el simple hecho de ser una persona humana.

Necesitamos casi tres Españas para mantener nuestras necesidades de consumo y si el resto de seres humanos vivieran con el mismo modelo como el que vivimos hoy en España, necesitaríamos 2,1 planetas Tierra para sostener este sistema.




Esto no significa que a partir de mañana no tengamos alimentos, agua, energía o materias primas disponibles, significa que, a partir de mañana dichos recursos los estaremos tomando “prestados” de los recursos que necesitarán las futuras generaciones de nuestra especie para sobrevivir.

Aparte del egoísmo implícito que supone esta situación a nivel moral, el colapso civilizatorio que prepara este escenario, es contrario a lo que cualquier especie tiene firmemente anclado en su carga genética: reproducirse procurando los recursos necesarios a sus descendientes para poder perpetuar su especie.

Estamos inmersos en una profunda crisis que es económica, política, social y ambiental. En suma una crisis sistémica y civilizatoria que amenaza  nuestra supervivencia directamente y  choca contra los límites del planeta, debido a  la quiebra del crecimiento infinito como modelo a perpetuar.


Nuestros gobiernos renuncian a las políticas medioambientales, como si la naturaleza no fuese el sustento de la economía y de la propia vida.

Renuncian a hacer frente al cambio climático y la desertización,  parando en seco la transición hacia las energías renovables.

Gobiernos que no han tomado lecciones de los errores del pasado y siguen profundizando la agresión al paisaje y el territorio, continuando inversiones en grandes infraestructuras para el automóvil, trenes de alta velocidad, manteniendo vigentes los planes urbanísticos desarrollistas que multiplican el suelo ya urbanizado, y poniendo en marcha la legalización y consolidación del fenómeno de urbanización ilegal que ha dejado crecer sin control en las costas españolas.

Gobiernos que no hacen nada para revitalizar los ríos que estamos dejando morir.

Gobiernos que no hacen nada efectivo para detener la erosión y contaminación de nues­tros suelos fértiles y nuestros acuíferos; que no hace nada por disminuir la pérdida de calidad de nuestro aire, la contaminación acústica, lumínica y electromagnética. 

Gobiernos que no frenan, sino todo lo contrario, la plantación en nuestros suelos de alimentos modificados genéticamente, convirtiendo a España en un laboratorio de las empresas multinacionales dedicadas a dicho negocio como Monsanto, Syngenta o Bayer.

Gobiernos, que como el andaluz, aplican moratorias en vez de prohibiciones, a la extracción de gas por métodos de inyección de líquidos contaminantes en el subsuelo,(Fracking), en vez de prohibirlos por y para siempre.

Así las cosas. La Tierra no entiende de apuestas de casino ni de regateos de comerciantes avezados.

                                         
                            ¿Actuamos? ¿O esperamos al colapso? 
                               Cuidemos el lugar dónde vivimos.
     
COMO NO HAY PLANETA ALTERNATIVO,DEBEMOS BUSCAR MODELOS ALTERNATIVOS, Y LA ECOLOGÍA POLÍTICA LO PROPONE Y EQUO LO DEFIENDE EN LAS INSTITUCIONES Y EN LA CALLE