INDIGNADO ACTIVISTA, REBELDE SOLAR Y RADICALMENTE DEMOCRÁTICO

miércoles, 6 de enero de 2016

Campo de Refugiados de la República Árabe Saharaui Democrática. Capítulo 6 y último: La familia saharui

Este capítulo de despedida de un viaje tan especial, tanto interior, como de reflexión, como de conocimiento de un pueblo, al que sin duda debemos mucho, por el mal causado por acción u omisión, no podía sino versar, sobre la familia que me ha acogido estos días de dura estancia.

Dura por las condiciones climáticas, higiénicas, de pobreza material que se esconden tras la frase, Campo de Refugiados en mitad de un desierto como el Sáhara. Acertaréis con razón a comprender, que no es ni de lejos el mejor lugar del mundo para elegir formar una familia.

Pero amable, cariñosa, cálida, ha sido la acogida y la vida junto a estas personas.

Mucho deberíamos aprender de ellos sobre palabras como respeto, tradición, familia, vecindad, amistad, compañerismo, empatía, generosidad, afecto y tantos adjetivos que no tendría espacio para compartirlos con vosotras.

Realmente se alcanza la sensación de vivir con una segunda familia, que te ofrece más de lo que tiene, y que no descuida un minuto en atenderte.

Los lazos que les unen son fuertes, como lo es la fortaleza necesaria para salir adelante con cinco hijos, sin salario, sin poco que hacer, más que esperar a que llegue la ayuda humanitaria, para una MADRE que se desvive por sus hijos y que atiende a cuantos familiares y vecinos van apareciendo por su casa, apenas unos cuantos ladrillos de adobe, que junto a otro pequeño habitáculo que realiza las funciones de cocina, y otro más minúsculo aún como letrina, componen sus "propiedades" en este mundo.
Casa y letrina
Cocina

Hemos comido, cenado, descansado, con ella, sus hijas e hijos, su hermana y sobrinos, cuñados, cuñadas,primas, primos, vecinas,...,aquello parecía una estación, de tanta gente que iba y venía.
A todos se les ofrece té, y si se quedan a dormir, la cena y desayuno lo tienen asegurado.
No he contado, pero hubo noches que en el pequeño espacio que veis en las imágenes, hemos llegado a dormir más de 15 personas entre el suelo y los asientos que hacen las veces de colchón por la noche. (asientos que ocupábamos los "extranjeros")

Hemos tomado té, ayudado a poner y recoger la mesa, ido de compras con toda la familia, realizado un sinfín de visitas ya relatadas en anteriores capítulos, nos hemos reído en múltiples juegos con los hijos y vecinos, a la luz de una sola bombilla, que alumbra con una batería recargada por el Sol del desierto, a través de un panel solar fotovoltaico de un vecino, y sin necesidad de tableros de juego ni material alguno, pasando unos momentos que permanecerán para siempre en el recuerdo, con la impronta que sólo a veces, empapa tu vida de un sentimiento muy especial.

Pero aún hay más que relatar. En este viaje a los campos de refugiados saharauis, tuve la inmensa fortuna de probar el auténtico pan del desierto.
De manos de la sabiduría de la madre de la familia, recibí un inmenso placer para el gusto y el alma, al ser invitado a este arte tradicional culinario saharui.
Se amasa el pan con harina de trigo, a la vez que se prepara una fogata con la madera existente en la zona (escasa la verdad).
Una vez se termina de amasar, y a la vez el fuego da paso a los rescoldos y cenizas, se crea un círculo de calor con ellos, y se echa la masa en medio.
Se cubre de arena del desierto del Sáhara, y a la media hora tienes preparado un pan de auténtico lujo para el paladar.
Se desmiga y se añade a un guiso de verduras y carne de camello.Se tapa, se espera diez minutos a que el pan absorba la salsa del guiso y...¡¡a comer con las manos!!

                                                         ¡¡EXQUISITO!!









Aquí podéis ver el video de cómo llegamos 13 personas en un Land-Rover al desierto, como se va amasando, cociendo y comiendo este plato típico.


                                  VIDEO

Dejo como último comentario, en el final del último capítulo, a modo de agradecimiento infinito, la mención a mi compañera de viaje, mi amiga, y superlativo ser humano que es, en toda la expresión de la frase,  Mónica de la Parte.
Sin ella no solo este viaje hubiera sido imposible, dado que fue la persona que me lo propuso, sino que sin dudarlo un instante, nada de lo vivido, sentido, observado, reflexionado, hubiera sido igual.
Es de esas personas que brilla con luz propia, que sabe ser y estar, que tiene un don natural para hacer sencilla la convivencia, aún en momentos especialmente delicados y sobre todo, es una persona que no suma, multiplica cada uno de los momentos, logrando que revivan en la memoria una y otra vez.

Además de todo ello, ha sido la persona que ha acogido, junto a su familia, a una de las hijas de la familia saharui, en su amada y bella "tierruca" cántabra. Y para mayor abundamiento de su generosidad, este verano acogerá, de una sola tacada, a los dos hijos menores.

Sirva este reconocido homenaje, como muestra de mi humilde aportación a este viaje junto a tan gran personaje.
Así mismo, reconocimiento a su hija, María, que nos acompañó en este periplo, con sus doce años a cuestas, y que en todo momento fue agradecida y bien educada, en el respeto hacia todo lo que sus jóvenes retinas observaban, nada fácil por cierto, a tan temprana edad, en un lugar y cultura tan diferente, al día a día que está acostumbrada. Valorarlo en su medida.

Mi más reconocido y sincero abrazo a ambas.


"Lo que embellece al desierto, es que en alguna parte, esconde un pozo de agua" Antoine de Saint-Exupery








lunes, 4 de enero de 2016

Campo de Refugiados de la República Árabe Saharaui Democrática. Capítulo 5: El museo de la Resistencia

En este capítulo os hablaré del Museo de la Resistencia, sito en el Campo de Refugiados de Rabuni, donde el Frente Polisario muestra a quienes lo visitamos, cual ha sido la historia real del pueblo saharui en las últimas décadas, a través de diferentes salas repletas de documentación gráfica y escrita.
Entrada al museo

Cartel anunciador del museo












Destacar que es la primera vez que en un museo, me encuentro con tanta cantidad de armas, munición y variados instrumentos militares, confiscados al ejército marroquí y mautitano, que el Frente Polisario guarda como "prueba" de los apoyos internacionales que Marruecos ha tenido en su batalla de lustros, contra el Sáhara Occidental.
Armamento español, francés, alemán, italiano, ruso, norteamericano, isarelí, sudafricano, iraquí, muestra la increíble perseveranza, que un ejército mucho menos armado, ha reunido para rechazar cada ataque, e incluso, derrotar al ejército mauritano, obligando a firmar un acuerdo con el estado de Mauritania, en sus pretensiones no conseguidas, de anexionarse parte del Sáhara Occidental.
Bombas de racimo
Tanques y carros blindados

La historia de la República Árabe Saharui Democrática podéis leerla en el primer capítulo de esta serie aquí.

Por ello no voy a redundar en los hechos, sino en algunos detalles que se muestran en el Museo, a través de algunas de las imágenes captadas por la cámara.

En este famoso mural de la izquierda, se resume tanto la historia del pueblo saharaui, como los líderes que ha tenido.
El primero de ellos Bassiri, lider del Movimiento para la Liberación del Sáhara en los años sesenta, precursor del actual Frente Polisario creado en 1973 tras la desaparición (nunca se hizo oficial su muerte) de Bassiri a manos de la dictadura española.
Aún siendo un niño, recuerdo los telediarios de la época hablando de esta persona como un asesino y terrorista cruel; años después la historia muestra la verdad, y aparece finalmente, como lo que fue, una persona defensora de los derechos de un  pueblo sometido y maltratado.

Si dicha figura es querida y recordada por el pueblo saharui, la devoción y respeto máximo se lo ganó ampliamente, El Uali, licenciado en derecho, fundador del Frente Polisario en 1973, que no solamente fue un gran orador, sino que luchaba en primera línea de todas las batallas. Gran estratega político y militar, no solamente ejercía de soldado y líder carismático, sino que se reunía con políticos de todo el mundo, intentando buscar apoyo para la causa del pueblo saharui.
Escuchando hablar sobre él en los Campos de Refugiados, se siente que su figura realmente ha trascendido a su muerte, ocurrida en el campo de batalla el 9 junio de 1976, que incluso ha sido declarado como día festivo en honor a la memoria de todos los saharuis fallecidos en la guerra.

Desde 1976 hasta hoy, Mohamed Abdelaziz es el presidente en el exilio de la RASD.


En esta imagen se puede observar como, tras un intento de establecer un campo de refugiados en zona anexionada por Marruecos, por parte del Frente Polisario, (foto izquierda), a las dos semanas dicho campo fue arrasado por el ejército marroquí (foto derecha).
Esto ocurrió en 2010, cuando ya la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, de 29 abril de 1991 (25 años cumplirá en breve) establecía la realización de un referémdum para la autodeterminación del pueblo saharaui.
¿Qué se ha hecho? NADA



Este escudo militar del frente polisario contiene una triste historia para los que somos ecologistas.

Tras una batalla contra el ejército marroquí, en la que el Frente polisario venció, se reconquistó parte del territorio.

La celebración de la victoria tuvo lugar bajo un gran árbol  solitario, que aún se erguía majestuoso, en la desolada zona desértica.

Tras unas semanas, el ejército marroquí contratacó, recuperando el control de la zona.
La primera orden del general al mando de las tropas, fue cortar dicho árbol.

Triste gesto de "venganza", que nos recuerda que la guerra y la violencia sólo traen miseria para todas, y cercena el futuro de las generaciones que están por venir.




Termino este resumen con el mural que refleja la situación presente de los territorios ganados en batalla a Marruecos, por parte del Frente Polisario, y por tanto las actuales fronteras de la RASD, bien delimitadas por el muro de la vergüenza,(en rojo la línea que marca su trazado), de 2720 Kms de extensión, defendido por 150.000 soldados marroquís, más de 240 baterías de artillería, 20.000 Kms de alambrada de espino, 7 millones de minas antipersonas, sembradas a lo largo de su recorrido y un coste diario de mantenimiento de 4 millones de dólares. Todo un sinsentido social, económico y político.

sábado, 2 de enero de 2016

Campo de Refugiados de la República Árabe Saharaui Democrática. Capítulo 4: La Sanidad

Continuando con las reflexiones que me deja este viaje a los campos de refugiados del Sáhara, en este capítulo os intentaré acercar como está la situación sanitaria.

Si os habéis parado a leer mis escritos, en los anteriores capítulos he reflejado la falta de medios de todo tipo que se sufren en este desolado lugar del planeta.
Y a nivel sanitario, nada es diferente.

Empezando por el suministro de agua, que ACNUR a través de camiones cisterna, se encarga de repartir a los bidones que cada familia dispone en las calles, ya nos pone sobre aviso que, si la "materia prima" fundamental para la vida, escasea, el resto aún más.

Alcantarillado inexistente, provoca que las aguas y líquidos "sobrantes", se evacúen, en el mejor de los casos, en letrinas familiares, cuando no en las propias calles polvorientas.

Imaginaréis, y con razón, que una de las enfermedades recurrentes tienen que ver con trastornos digestivos y diarreas.
Parte del material médico que donamos en este viaje, son medicamentos para dichos trastornos.

Centro de salud

En el campo de refugiados de El Aaiún, existe un centro médico de atención primaria, dotado por ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados), y regentado por dos mujeres, como de costumbre, por mandato del gobierno del Frente Polisario, dedicadas a atender a los enfermos.
Sala de espera

Sala de ACNUR

Consulta


Quirófano


Como observaréis por las imágenes, se trata de un edificio más, de adobe,con cartelería en las paredes, sobre recomendaciones sanitarias, las dos personas antes comentadas y poco más.Y cuando digo poco más, es que ni medicamentos, ni material, se ven por ningún lado. La nula presencia de pacientes, a pesar de las necesidades sanitarias que se observan, me deja entrever, que toda la población es consciente que acudir a resolver cualquier problema médico a este lugar, sencillamente es una pérdida de tiempo.


Si en este lugar no se atiende a los enfermos,entonces, ¿Dónde se les atiende?
Esta pregunta nos lleva como respuesta, al hospital de Rabuni, ciudad y campo de refugiados,capital administrativa del Frente Polisario y desde donde se gobierna la RASD.

Ante nosotros se presenta esta imagen, con una enorme plaza central polvorienta, rodeada de edificios, donde uno hace las veces de URGENCIAS, aunque no dispongan ni de equipo de reanimación, ni morfina ni siquiera salbutamol, para atender problemas respiratorios graves.
Urgencias
Sala de pediatría.  !Sin asientos¡

Una persona nos guia por las instalaciones, y nos va presentando a médicos de cada área. Casi todos, médicos cubanos, que están ofreciendo sus conocimientos como ayuda humanitaria hacia el pueblo saharui.

Pero no tienen medios aquí tampoco. La primera persona con la que hablamos, una doctora en el laboratorio de análisis. Nos cuenta que desde hace meses les faltan reactivos, y que sólo pueden realizar análisis de sangre y orina básicos. Si deben realizar cualquier estudio hematológico o de heces, que requiera un cultivo, no pueden. Y ya he adelantado, que infecciones gastrointestinales están a la vuelta de la esquina...
Laboratorio análisis clínicos

Le toca el turno a la consulta médica, donde un hombre está siendo revisado por un ecógrafo cubano, que nos dice que el diagnostico es insuficiencia coronaria, pero que no disponen de óxigeno,  ni medicamentos específicos para tratar la enfermedad, o al menos darle un respiro al paciente.
En la sala de rehabilitación y fisioterapia existen algunos aparatos, aunque dudo que funcionen, dado que en la sala de odontología, pregunto por los utensilios que existen para la higiene bucal básica, y de todos los que vemos, !!solo funciona uno¡¡

Continuamos la visita por la zona de quirófanos, que no nos invitan a observar, y por el aspecto exterior, hace tiempo no se practica intervención alguna, para llegar al servicio de oftalmología, objetivo personal, ya que llevo unos 40 pares de gafas para donar.
El oftalmólogo, saharui en este caso, me explica como revisan la visión de los pacientes, y los aparatos de que disponen; todos tienen más de 20 años, aunque en general, es la sala que mejor impresión me ha causado.

Finalizamos en la farmacia, otro de los objetivos marcados en la agenda, para donar los medicamentos que llevamos. Como imaginará el lector a estas alturas, también muy desabastecida.
Nos confirman que de los medicamentos básicos, tienen, pero que genéricos y específicos para tratamientos de enfermedades más o menos graves,muchas de ellas agravadas por convertirse en crónicas por falta de tratamiento, no disponen, lo que convierte el circulo vicioso de la sanidad saharui, en algo desolador. Las lluvias torrenciales de octubre la han dejado aún más desabastecida.
Farmacia



El resumen de este capítulo lo describe muy bien uno de los médicos con los que conversamos.
"Vienen los pacientes, los diagnosticamos y los envíamos a Tindouf", por lo que la indignación inicial, pasa a resignación, e imagino que a la impotencia diaria, de quien se ha formado en el "arte" de salvar vidas.

Tanto las ayudas de ACNUR , como de las diferentes ONG ´s, así como de los particulares que por allí pasamos, ni de lejos cubre las necesidades reales que la población saharui, mal nutrida,mal hidratada,escasa en la higiene por la falta de recursos hídricos inerentes al desierto en donde viven y azotada por su implacable clima , necesitan.
Sólo basta un pequeño impulso, en forma de catástrofe natural, como las riadas de octubre 2015, para que el castillo de naipes, en el que se asienta toda la sociedad saharui, se desmorone por todos lados.

"La salud no lo es todo, pero sin ella todo lo demás es nada", Schopenauer.