En breve termina un año.
El 2015 acercó mi vida a muchas personas, y algunas de ellas están construyendo el futuro junto a mi, de la mano, en un camino que nunca deja de estar iluminado gracias a todas ellas.
Gracias a todas¡¡¡ De corazón¡¡¡
Muchas más de las que intuyo,seguramente, muchas menos de las que son necesarias para transformar la sociedad.
Transformar la sociedad hacia un mundo justo, social y medioambientalmente sostenible.
Un mundo que sea habitable y del que puedan alimentarse las siguientes generaciones.
Un mundo que ponga la equidad por encima de valores monetarios y machistas.
Que globalice los derechos y no sólo los deberes.
Que haga desaparecer la violencia de género.
Un mundo que cuide de nosotras y que nosotras cuidemos ese mundo, frágil, pequeño, quebradizo, dónde todas seamos una.
Un mundo que ponga la equidad por encima de valores monetarios y machistas.
Que globalice los derechos y no sólo los deberes.
Que haga desaparecer la violencia de género.
Un mundo que cuide de nosotras y que nosotras cuidemos ese mundo, frágil, pequeño, quebradizo, dónde todas seamos una.
Dónde no haya fronteras artificiales que la naturaleza no impone.
Donde se imponga la ley de la naturaleza por encima de las leyes de los hombres, que la intentan dominar sin saber que es indomable.
Donde se imponga la ley de la naturaleza por encima de las leyes de los hombres, que la intentan dominar sin saber que es indomable.
Un mundo donde todas cabemos, todas interactuamos, todas sentimos, todas lloramos, todas padecemos, todas reímos, todas amamos,un mundo con miles, millones de manos para construirlo, pero un sólo corazón.
El corazón de las que seguimos teniendo la esperanza, que un día, más pronto que tarde, miraremos de frente y no de lado, hablaremos desde el corazón y no con la razón, donde el SER estará por encima del tener.
Miremos de nuevo a la naturaleza que nos dio la vida, para no estar ciegos en un mundo de estúpidos.
Son cientos, miles las imágenes, que en este 2015 quiero retener en mi memoria, pero si he de escoger una sola, me quedo con mi visita a los campos de refugiados del Sáhara, simplemente impactante, un viaje interior que hace cambiar tus criterios y tu vara de medir occidentalizada.
Y de entre esas, este atardecer en el desierto, junto a mi compañera de viaje Monica de la Parte, mantiene viva en mi retina, lo que significa ser y estar.
Besos, abrazos,... feliz 2016
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