INDIGNADO ACTIVISTA, REBELDE SOLAR Y RADICALMENTE DEMOCRÁTICO

miércoles, 27 de mayo de 2020

SEAMOS ABEJAS


(Publicado en La Voz del Sur el 14 de mayo de 2020)

Esta es la verdadera historia de cómo se produce el cambio de lugar de un enjambre de abejas, tal y como los estudios científicos han demostrado, y así se relata en la serie Cosmos, de donde está basado este artículo.

Las abejas pueden hacer precisos cálculos matemáticos para encontrar la flor que le alimente mejor, y han creado un lenguaje para comunicarse basado en movimientos precisos y certeros, que utilizan para informar a las demás exactamente dónde se encuentra el alimento, utilizando al Sol como brújula.

Y ese mismo lenguaje lo utilizan en sus debates políticos para la toma de decisiones por consenso.

En momentos en los que nuestras democracias pasan por un delicado momento y se sostienen por una fina cuerda, echar un vistazo al trabajo en una colmena no es baladí.

La colmena no establece jerarquías, la reina no es una monarca absolutista, su papel es meramente reproductivo y cualquier abeja hembra, y la mayoría los son, puede ascender al trono con la comida adecuada.

Cuando la temperatura aumenta y los árboles empiezan a florecer, transfiere su cetro a una nueva generación de reinas, cosa que ocurre al final de la primavera o principios de verano, cuando la mitad de las abejas de la colmena están más inquietas y sienten que deben abandonar la colmena madre y crear otra nueva.

Pero se necesita valor para irse de casa y lanzarse a lo desconocido, por tanto la búsqueda del nuevo hogar se torna en un ejercicio arriesgado, y para ello las abejas tienen un protocolo.

Las exploradoras inician las misiones de reconocimiento analizando los árboles del bosque en un radio de 5 km para establecer el mejor lugar para su nuevo hogar, asegurarse que dispone de las dimensiones exactas de altura, anchura y profundidad, es fundamental para que en el siguiente invierno no muera la colmena completa.

Cuando vuelven todas las exploradoras, las abejas celebran su asamblea anual, cada exploradora presenta sus argumentos a favor del mejor sitio que ha descubierto, usando su lenguaje del movimiento para promocionar el hogar que ha elegido entre las demás.
Cientos de exploradoras promocionan su lugar preferido, por lo que al principio hay división de opiniones ya que cada participante atrae a su propio grupo de seguidoras.

En nuestras conferencias políticas las personas suelen mentir, nos presionan apelando a nuestros miedos, a nuestros enemigos y la búsqueda constante de culpables, pero las abejas no se pueden arriesgar a eso, ellas al igual que nosotros, saben que el futuro depende de ver la realidad tal como es, pero por alguna razón a los humanos se nos manipula y engaña fácilmente, las abejas sin embargo tienen que ajustarse a los hechos, deben ser precisas, sin alabanzas en exceso, actúan como si comprendieran que la verdad importa, que no se puede engañar a la naturaleza, algo que no se estila en nuestras decisiones políticas como especie.

Se ha descubierto recientemente que cada abeja exploradora tiene un hogar ideal en mente, como nos pasa a los humanos, por eso las demás exploradoras del enjambre no se fían a pies juntillas y van a ver el lugar para realizar un estudio independiente, el escepticismo en este caso es un mecanismo de supervivencia.

El resto de exploradoras, si el nuevo hogar propuesto es óptimo, se añaden a la que dio las coordenadas precisas, y vuelven al enjambre para indicar con sus movimientos que es idóneo. Así las exploradoras son las primeras que llegan a un consenso, realizando todas al unísono el mismo baile, intentando con ello convencer al resto del enjambre.

Sin engaños ni violencia, sin acuerdos fraudulentos, teniendo la supervivencia como objetivo primario, diciendo siempre la verdad, todas las exploradoras realizan la misma danza, y en ese momento el enjambre completo se traslada de un solo viaje al nuevo hogar.

Quizás debamos replantearnos, si somos la especie dominante en este planeta, cual debe ser nuestro modelo de sociedad, nuestros valores fundamentales y cómo gestionar nuestra relación con el resto de especies y naturaleza, para conseguir que al menos, seamos una de sus especies en el futuro.









jueves, 7 de mayo de 2020

Renta Básica Universal e Incondicional


(Publicado en La Voz del Sur el 23 de abril de 2020)

Mucho se lleva hablado de la propuesta estrella del gobierno para “combatir”, lenguaje bélico que tanto me disgusta, la emergencia social producida por COVID19.

Esa “cooperación” (me gusta más este término) entre Estado y ciudadanía confinada sin acceso al empleo, bien por despidos y autónomos de baja previos al suceso, parados de larga duración, y otra infinidad de supuestos, se van a ver compensados por algo llamado Ingreso Mínimo Vital.

¡¡Qué bien!!...o quizás no tanto.

Mucho llevo comentado en artículos previos, sobre las propuestas que desde EQUO Verdes tenemos para hacer frente al colapso social que se intuye, y una de las que he repetido en varias ocasiones es la instauración de una Renta Básica Universal Incondicional.

Muchos autores llevan años explicando minuciosamente en qué consiste, cual sería su cuantía, cómo se abordaría el proceso y la cuantía de su puesta en marcha, pero en este artículo voy a intentar explicar sin profundizar, los conceptos de tal propuesta.

Renta, como bien indica la palabra, es una asignación dineraria que toda persona recibiría mensualmente.

Básica, el objetivo es cubrir las necesidades primarias de toda persona, techo, suministro de agua, alimentación y energía.

Universal, incluye a todas las personas que vivan en el lugar de su implantación.

Incondicional, no tiene en cuenta parámetros económicos, familiares, ni de ningún otro tipo.

Llegados aquí el lector seguro tendrá preguntas, sobre su cuantía unitaria, su método de implantación, el coste presupuestario, etc, pero la pregunta clave es, ¿La Renta Básica Universal Incondicional es una prestación más?

Y la respuesta clara es NO, no se trata de las obligaciones que como país firmante de la Carta Social Europea tenemos adquiridas para erradicar la pobreza, y que sistemáticamente se están derivando hacia las comunidades autónomas para la gestión e implantación de la Renta Mínima, ni tampoco la propuesta del gobierno atiende a dicho requisito con el Ingreso Mínimo Vital, porque toda prestación no contributiva (como es el caso) contiene varios errores de concepto, no cubre el riesgo de pobreza, su gestión burocrática es interminable por adolecer el sistema de funcionariado suficiente para cumplir los plazos de respuesta que la propia administración regula por ley (en Andalucía se están gestionando ahora las solicitudes ¡¡de junio 2019!!), estigmatiza a quienes lo solicitan debiendo demostrar fehacientemente que son pobres dentro de los pobres, y excluye a los perceptores de los subsidios de la posibilidad de encontrar un empleo, precario y temporal en la mayoría de los casos, que les excluiría automáticamente de las ayudas concedidas sine die.

Entonces si la RBUI no es una prestación no contributiva, ni un subsidio, ni una ayuda, ¿qué es? Es un DERECHO que como tal debe desarrollarse en ese entorno.

Como Renta que es debe abonarse mensualmente en la cuenta de la persona, como es Básica debe establecerse una cuantía que podría ser la actual base que regula los subsidios (el 80% del congeladísimo IPREM) o bien un 75% del SMI (cifra que estaría más cercana al objetivo firmado en la Carta Social Europea), como es Universal todas las personas tendrían el mismo derecho al igual que tenemos el derecho a una sanidad pública que nos atienda desde el nacimiento hasta el fallecimiento, y como es Incondicional la cobrarían los ricos, los pobres, los de en medio, altos y bajos, rubios o morenos.

Al ser un Derecho evitamos las situaciones antes mencionadas con el actual (y parece futuro cercano con el Ingreso Mínimo Vital) sistema de subsidios, nadie tiene que demostrar que es pobre, se acaban mecanismos clientelares desde los gobiernos, desaparecen las interminables jornadas y horas de trabajo de los funcionarios gestionando documentos que pueden aprovechar a realizar otras tareas necesarias en la administración, y termina la disyuntiva entre la búsqueda activa de empleo versus el cobro del subsidio porque ambos son compatibles y suman a la ecuación final generando una vida más digna.

Quizás si ha llegado el lector hasta aquí podrá seguir pensando que es inasumible para las arcas del Estado, para lo cual le conmino a leer cualquier artículo de Daniel Raventós, y verá que es económicamente posible, si lleva aparejado un profundo cambio en la fiscalidad claro, porque resulta evidente que el presupuesto asigando debe salir de algún lugar.

Pero no se preocupe el lector, la RBUI es un factor positivo económicamente al 70% de la población, un 20% se quedaría igual y un 10% (todo ello cifras aproximadas leyendo a varios autores) son los que contribuirían más a su implantación, pero al fin y al cabo, ¿No nos dijeron que vivimos en una sociedad progresiva fiscalmente, y que el que más tiene más debe aportar?

En mi opinión la voluntad política es la clave en la implantación de una Renta Básica Universal Incondicional, porque las partidas presupuestarias ¡están para hacer política señoras y señores!

No había dinero para sanidad pero sí lo había para rescatar al sector financiero, hay dinero para comprar material bélico pero no para material sanitario, es falso, hay presupuesto para lo que se quiere desarrollar, y se demuestra en esta crisis, si hasta las reglas de gasto público ¡se han disuelto en el café de Bruselas!

Imaginen que la sanidad no es un derecho, sino una prestación, usted llega al médico y en vez de preguntarle qué le ocurre empieza a preguntar si está activo laboralmente, si no lo está cual es su situación en el SAE, si está de alta en una prestación contributiva (cobrando paro o pensión), o bien en una asistencial ( subsidio, Renta Mínima, Renta Activa de Inserción, pensión no contributiva), o directamente no está (economía sumergida), y a partir de ahí, antes de atenderle le solicita documentación fehaciente de su “status”, para saber qué tipo de pruebas médicas tiene cubiertas y cuáles no, y además le invita a esperar en su domicilio la respuesta de la administración en un par de meses, para que dependiendo de su situación, le prescriba un analgésico, una radiografía, o un examen completo.

Esto es lo que ocurre cuando se convierte un derecho (vivir una vida digna) en una mercancía de clientelismo político.

Las grandes crisis como la actual son momentos de oportunidad, y son también momento para las grandes decisiones. Implantar ahora un sistema de Renta Básica Universal Incondicional supondría completar el sistema de protección social en España, eliminando costes burocráticos, garantizando una renta para todos los hogares, y lo más importante, pensar que la protección social debe dejar de tener un enfoque asistencial y pasar al de los derechos, un salto cualitativo más que cuantitativo.


domingo, 3 de mayo de 2020

CÓMO PASAR DE LA AMENAZA A LA OPORTUNIDAD, READAPTEMOS EN VERDE LA SOCIEDAD

(Publicado en La Voz del Sur el 9 de abril de 2020)

Mis dos últimos artículos se basaban en la conveniencia de repensar el modelo de sociedad que nos ha traído hasta aquí, y observar desde la reflexión cómo podríamos evitar volver a la anormalidad anterior y conseguir un equilibrio con la naturaleza como seres ecodependientes que somos, y fortalecer nuestra empatía con los demás como seres interdependientes que también somos, consiguiendo establecer unos lazos que nos hagan más resilientes ante las siguientes amenazas que están frente a nuestro horizonte cercano, la crisis económica, energética, ecológica y climática.

Sigamos avanzando en su desarrollo, ya que en mi opinión, si ahora caminamos sendas inexploradas, el próximo otoño, allí por octubre o noviembre, andaremos aún más perdidos si no tomamos buena cuenta, ya que el virus para entonces, habrá dado la vuelta al invierno del hemisferio sur, con pocos tratamientos ni hospitalizaciones en regiones con sistemas sanitarios públicos muy mejorables, y con millares de contagiados más en el planeta.

Si las curvas de contagio en el hemisferio sur se disparan en su invierno, nos deberían alertar y prepararnos para ello. Para entonces el conocimiento del virus será mayor, los medicamentos para atenuar sus efectos también, quizás (aunque lo dudo) tengamos ya una vacuna, todo ese escenario de investigación que se está desarrollando a marchas forzadas sin duda nos tendrá mejor preparados, doy por descontado que los presupuestos para la sanidad pública aumentarán, y se dotará con más medios técnicos y humanos que provean de una respuesta mejor y más ágil ante cualquier nueva mutación que pueda de nuevo convertirse en seria amenaza sanitaria, en la segunda ola de la pandemia.

En este posible escenario, la vuelta a la normalidad que tanto se augura y desea por la ciudadanía y los poderes políticos y económicos, no sólo se convierte en quimera, sino que además no es en absoluto deseable, sobre todo a corto plazo, ya que el levantamiento de ciertas medidas de contención y confinamiento, además de producirse de manera muy gradual en el tiempo, con muchas medidas paralelas de control, dejará restringidos los vuelos durante el verano, tanto de entrada y salida, los puertos y puestos de control aduaneros, el comercio internacional e incluso los desplazamientos fuera de nuestros domicilios pero dentro del país, estarán o deberán de estar muy acotados, si no queremos que la segunda ola sea aún peor que la primera.

Por tanto impulsar mecanismos que no sólo sirvan como receta coyuntural, sino que desarrollen un cambio estructural que ofrezca respuestas en el presente, pero sobre todo en el futuro cercano y no tan cercano, es la gran oportunidad y enorme responsabilidad que tenemos ahora mismo Verdes EQUO.

Siempre bajo el prisma de la readaptación verde de la sociedad que contiene la premisa inicial de mejorar la sociedad entre seres ecodependientes e interdepedientes, va a implicar de inmediato otra manera de gestionar los recursos económicos, energéticos, materias primas, residuos, mano de obra, industria, investigación. educación y formación, desde una perspectiva ecológica, feminista y pacifista de todos ellos, aunando voluntades que cuidando de las personas ponga la vida en el centro, toda la vida, y desde la colaboración y la equidad, sostenga en equilibrio el reparto de empleo, de los recursos, del capital y de la producción, de la naturaleza y biodiversidad, desde el presente hacia el mañana, por tanto valorizar el legado que ofrecemos a las siguientes generaciones, es también obligado y para ello crear el ministerio de las generaciones futuras es un buen ejemplo al que acogernos, ministerio por donde todas las medidas del resto deberían pasar antes de elevarse a rango de ley, medida que debe replicarse en las competencias autonómicas con la creación de una Consejería de similar grado, que evalúe por ejemplo, los efectos del decreto ley que la Junta de Andalucía en pleno confinamiento ha aprobado, cambiando 21 leyes y 6 decretos, anulando requisitos, estudios previos, impactos ambientales, licencias de obras, de un sinfín de actividades empresariales, que van en dirección opuesta a las Directivas Europeas y a los acuerdos firmados por el estado español en la COP21 de París.

La instauración de la Renta Básica Universal es elemento indispensable en la soberanía económica y un ladrillo fundamental que construyen un sólido muro de resiliencia, entendida como un derecho ciudadano que cubra los mínimos vitales que necesita una persona, reconociendo aquellas labores de cuidados que son tan necesarias como poco reconocidas monetariamente, ofreciendo a las personas una libertad de elección en la actividad laboral sin estar condenadas a la sumisión de contratos precarios o labores que destruyen medio ambiente y seres vivos (incluido el ser humano), proporcionando tiempo vital para desarrollarnos en plenitud desempeñando tareas poco reconocidas en ámbitos profesionales como el arte, música, pintura, escultura, escritura, y cambiando el paradigma actual de la acumulación infinita, por el de la austeridad (no el falso austericidio invocado en 2008) dentro de un sistema planetario y biodiverso finito.

Además las actuales ayudas, subsidios, becas, y demás, conllevan en la práctica un ingente trabajo de gestión en las administraciones que se ahorraría de manera inmediata con la Renta Básica Universal, a la par que evita la inevitable picaresca para ser concedidos por aquellas personas solicitantes que se encuentren en los umbrales límite en los que se encorsetan legislativamente.

Transitar desde una ayuda económica vista bajo el prisma de limosna, al concepto derecho universal, mejoraría tanto su eficacia como su gestión.
Vivir mejor con menos, pero siempre con lo indispensable cubierto, un cambio estructural posible desde la situación coyuntural presente.

Si ello es importante, estamos viendo que la soberanía energética es otro ladrillo que construye fortalezas para aguantar los embates de las crisis, máxime con los precios del petróleo por los suelos, precursores de una crisis de escasez energética este verano.

Por ello impulsar desde las administraciones la creación de una enorme red distribuida de producción energética en nuestros tejados, aprovechando nuestros recursos naturales renovables, se antoja urgente y necesario.

Cada día que pasa sin instalarse esa red, se pierde energía, empleo y se malgastan recursos importando gas y petróleo que podrían dedicarse para subvencionar el nuevo modelo energético limpio, saludable, barato y eficiente que necesitamos y que proporciona empleo local en su desarrollo y mantenimiento.

En paralelo la creación de empleo en el sector de la construcción consiguiendo que nuestros edificios sean más eficientes y necesiten menos energía para estar calientes en invierno y frescos en verano puede generar nuevos nichos de autónomos y Pymes.

Es el momento del cambio del tejido productivo, de los empleos verdes y dignos, de la defensa de los circuitos cortos de producción y consumo que nos vacunen contra nuevas crisis, y llenen la España vaciada de agroganaderos ecológicos y extensivos que nos alimenten, y que a través de la PAC se fortalezca la soberanía alimentaria local frente a las enormes distancias que ahora recorren nuestros alimentos en pos de una mayor productividad y beneficios económicos para unos pocos que encima no cultivan nada.

También, en el ocaso del monocultivo del turismo, que tardará y mucho en llegar a las cifras previas a la crisis sanitaria, si es que llega algún día, deben aparecer empleos locales en diferentes áreas,

Desde la minería urbana que extraigan valiosos recursos de los aparatos que ya no se puedan usar, la reparación de todo tipo de bienes de consumo para alargar su vida útil acabando por ley con la obsolescencia programada, el aprovechamiento de nuestros residuos orgánicos a través del compostaje, aminorando con ello las tasas de basura de los contribuyentes que más y mejor separen, así como replantear los huertos urbanos en todas las zonas verdes de nuestras ciudades, como antídoto local y saludable a los mercados de alimentación lejanos, en muchos casos con sustancias desconocidas en sus alimentos, y en otros prohibidas en Europa.
Además poner en marcha a nivel nacional un sistema de retorno de envases es urgente para aprovechar materias primas que ya no podrán ser producidas a millones a diario.

El consumo del agua es crucial ante la siguiente crisis que se avecina, y ningún gobierno podrá decir que no supo adelantarse a los acontecimientos por súbitos y desconocidos, de hecho la comunidad científica lleva 30 años alertando de las consecuencias del cambio climático, y la falta de recursos hídricos es unánime en su seno y sus recomendaciones de eficiencia y aprovechamiento máximo en la gestión, depuración y uso circular de los terciarios, mantenimiento de caudales saludables en ríos y lagos, y calidad del recurso evitando depositar residuos sin depurar en sus cauces.

Sin embargo seguimos apostando por el regadío de manera intensiva incluso en áreas de secano, desecamos acuíferos incluso en zonas con máxima protección administrativa como las Tablas de Daimiel y Doñana, y mantenemos la venda en los ojos promocionando el cuidado de césped en urbanizaciones, campos de golf, parques públicos y rotondas por toda Andalucía.

El cambio de movilidad se antoja así mismo urgente repensar, no es posible seguir moviendo vehículos, materias primas, bienes elaborados y personas como si no hubiera un mañana. Las limitaciones de movimiento deben tener la contrapartida con más y mejor transporte público, asequible, con mayor frecuencia y más recorridos, la red ferroviaria convencional debe ser el punto de partida para muchos desplazamientos, los trenes de cercanías, así como el cabotaje entre ciudades litorales con barcos, y por supuesto, viajar en vehículo privado deberá realizarse con las plazas ocupadas, al menos dos.

Y devolvamos el espacio a los peatones y bicis en las ciudades, a los niños y niñas, para jugar y hacer deporte, donde convivir será mejor sin humos ni ruidos, ayudando a conocernos más y mejor y por tanto ser más resilientes como comunidad. Las calles ahora vacías de vehículos son más humanas, mantengamos ese estatus en algunas una vez pase el confinamiento, y ayudemos con ello al pequeño comercio local que subirá las ventas de manera automática en las zonas peatonalizadas como ya ha ocurrido donde se ha llevado a cabo.

Todo ello genera empleo local y nos ayuda a combatir la gran ola de la crisis climática, tsunami que llegará con mayor o menor virulencia dependiendo de las acciones que ahora llevemos a cabo.

Todo lo anterior conlleva un enorme cambio en la fiscalidad, porque no sólo basta con que aporte más quien más tenga, sino que se acabaron condonaciones de impuestos a través de SICAVs, de paraísos fiscales y contabilidades paralelas, de mecanismos de descuentos en seguros sociales sólo para grandes empresas, de impuestos de sociedades menores que para las rentas del trabajo, de vista gorda en delitos ambientales permanentes y continuados…

Propuestas para vivir mejor con menos, de una manera más cercana, colaborativa, igualitaria, empática.

Todas las tardes a las ocho, se demuestra que juntos y juntas somos más fuertes, resistentes, felices, y que en momentos de amenaza, la solidaridad es una cualidad humana que florece y se arraiga.

Preparémonos para un mundo nuevo, seamos actores y actrices principales de esta readaptación verde de nuestra sociedad.