Tras 24 h del cierre de las urnas andaluzas, y con el tiempo
suficiente para reflexionar sobre los resultados, en primer lugar agradecer a
las 15.009 personas que depositaron su confianza y apoyo al futuro verde que
representa la papeleta EQUO Verdes Iniciativa Andalucía.
Por supuesto inmenso el honor de obtener el respaldo de 2.055
gaditanas y gaditanos que apostaron por la lista que tuve el placer de
encabezar.
Así mismo orgullosa de los 69 avales en forma de voto en mi
ciudad de residencia, Rota, villa que siento y aprecio como uno más de los
nacidos aquí, en el paraíso.
Sin duda una enorme preocupación recorre mis dedos tecleando
este texto, pues repetir la historia es algo que se nos da profundamente bien
al ser humano.
El mundo gris y negro que se esconde tras las pinceladas
programáticas de la ultraderecha, y las ya conocidas decisiones en recortes
económicos, mermando derechos, calidad en servicios públicos, aumento de empleo
precario y nula defensa de la naturaleza en nuestro territorio que tanto PP
como
C´s han aplicado cuando han legislado en los parlamentos, me auguran unas
navidades angustiado por la conformación del futuro gobierno andaluz.
El discurso del miedo y del odio es una receta de fácil aprendizaje,
cuando la levadura de la miseria hace crecer el pastel de la incompetencia
social demócrata, tras 40 años de gobierno del PSOE en Andalucía. Su enormes
redes clientelares y sus bochornosos casos de corrupción, esta vez no han sido
contrarrestadas por la red de seguridad de sus fieles y hasta cierto punto bondadosas
bases.
Pero esa miseria también consigue emerger en populismos de
izquierdas, aquellos que desde el crecimiento de la tarta, prometen igualar el
reparto de trozos entre todas las clases económicas y sociales.
Ambas propuestas nadan muy bien a favor de la corriente de
la escasez y desigualdad, y replican relatos que muy bien pudieran escucharse
hace 85 años, pero igualmente cometen el error histórico de no adaptar su discurso
a los tiempos.
Veamos pues qué proponen los salmones, únicos en adentrarse corriente arriba, desafiantes ante la magnitud del esfuerzo.
Frente al miedo y odio de los unos, y la
descorazonadora inviabilidad de crecimiento infinito para resolver la ecuación
de los otros, el problema no se resuelve desde la confrontación, sino que debemos
explicar lo que está ocurriendo a todo el pasaje de este Titanic en el que
viajamos, para poder tomar la decisión correcta, que no es otra que cambiar de
rumbo la nave, antes que a toda máquina, se encuentre con el conocido obstáculo de hielo, en forma de crisis ambiental, ecológica y climática.
Poner la música más alta para distraer no sirve (PP-PSOE-C´s),
echar por la borda a los supuestos culpables (pasajeros) del rumbo que lleva la nave
tampoco (Vox), ni siquiera prepararnos y esforzarnos en salvar personas resuelve (IU, Podemos), porque no
hay botes salvavidas para todas.
Está demostrado que a España llega todo un poco más tarde
que a Europa, pero allí ya han resuelto la ecuación, las propuestas verdes de la
ecología, son las triunfadoras en los últimos procesos electorales, dique de
contención de la ultraderecha a la que los liberales, conservadores, social demócratas
no han sabido hacer frente, y como solución real al cambio de rumbo urgente y
necesario.
Decrecer en consumo y mentiras a la población y crecer en
cuidados y explicar la verdad, recetas del éxito de quienes nos afanamos en
realizar pedagogía en la política.
Desde EQUO Verdes seguiremos trabajando a favor de la
justicia social y ambiental, explicando pedagógicamente la verdad de lo que
acontece y ocurrirá en el futuro, única fórmula de tomar una decisión y
camino correcto.
Por eso la transversalidad de la ecología política, frente al caduco sesgo derecha-izquierda, es la única
opción posible para evitar el colapso en forma de luchas por los recursos
esenciales, alimento, agua y energía, que hoy día ya existen alrededor nuestro.
Un futuro verde e igualitario frente al miedo, odio y
violencia que se avecinan.
Eso queremos los "salmones verdes" de Andalucía.
PD: Todo mi cariño y afecto a tantas compañeras que día a día, remontan los ríos de Andalucía