Hoy he realizado esta intervención en el pleno del Ayuntamiento de Rota, que por su interés como documento en el futuro, me atrevo a colgar en esta entrada de este sencillo blog personal.
Hace justo un año EQUO Rota Verdes emitía el siguiente comunicado:
“Tras el inicio de las obras de dragado para la regeneración de la playa de la Ballena que el Gobierno central está acometiendo, desde Equo Rota Verdes consideramos que es una actuación en la que se invierte mucho dinero, alrededor de 2,5 millones que además de no poner solución al problema real de regresión del litoral, conlleva mucho esfuerzo económico y energético que se esfumará con el primer temporal que llegue a nuestra costa”. +ínfo aquí
No, no es un ejercicio de adivinos avanzados, es una lectura de los informes científicos que nos dicen que los temporales serán cada vez más virulentos y con una mayor periodicidad.
Desgraciadamente meses después se esfumaron los 2,5 millones, la arena, y el esfuerzo económico que aportaron todos los españoles con sus impuestos. +Info aquí
Evidentemente dragar el fondo oceánico para aportar arena a la playa no es la solución, es una tirita muy cara para un enfermo diagnosticado de una grave enfermedad conocida como Cambio Climático.
Pero es que además de ser cara e inútil, esta tirita destruye el ecosistema marino, empeora por tanto las condiciones naturales de la playa, y apaga el fuego con más gasolina, la que convierten en emisiones de CO2, que es la causa principal de la enfermedad, la maquinaria necesaria para llevar a cabo el aporte de arena.
Se entiende que el equipo de gobierno solicitase de manera urgente a los organismos competentes las reparaciones de los desperfectos causados, no así el nuevo aporte de arena a la playa.
Y sin duda echo en falta la solicitud de los estudios que puedan de manera urgente, dar los datos para iniciar actuaciones que realmente minimicen los daños, que aún serán más graves en el futuro.
Hay que conocer los cambios en las corrientes producidos por espigones y puertos y saber la manera natural que tiene el mar de mover los bancos de arena, para convertir en aliadas dichas construcciones que pudiesen incluso acometerse para mejorar el aporte natural de arena a las playas.
Hay que preguntar y preguntarse, el motivo por el que las cuencas fluviales ya no aportan arena a las costas con la misma intensidad, y estudiar el impacto de regadíos para agricultura y ganadería intensivas en dicha falta de aporte arenero, porque la gestión hídrica quizás resulte un factor a tener en cuenta, y los miles de pozos ilegales que colmatan las capas freáticas no ayudan.
Y sobre todo hay que empezar a abrir el debate sobre si queremos tener unas playas en perfecto estado o defender las propiedades privadas, es decir campos y casas de la gente.
Porque volviendo a los informes, ni lo dice EQUO ni los ecologistas radicales, es el instituto metereológico americano, quien en sus mapas de predicción sitúa a Rota bajo las aguas del Atlántico en 2050.
Y para evitar lo uno y lo otro, es decir seguir teniendo playas y gente que las pueda disfrutar, hacen falta quizás, tiritas mucho más caras que las de un simple dragado.
Hay que empezar desde el liderazgo político a decir a la gente lo que está ocurriendo, no ponernos la venda en los ojos, ni actuar con paños calientes, hay que iniciar la transición necesaria en muchos ámbitos para conseguir detener o ralentizar la subida del mar, y hay que llamar a todas las puertas y solicitar la misma ayuda urgente que se hizo tras el temporal, porque quizás el siguiente, o el siguiente, o el siguiente, no se limite a dejar con menos arena las playas.
Confío, quizás demasiado, que el acertado ministerio de transición ecológica creado por el gobierno de Pedro Sánchez, ayude en estos menesteres, y seguro que la figura de Teresa Ribera, escucharía atentamente este relato que hoy expongo.
Seamos pues valientes y lideremos tanto la transición urgente y necesaria para minimizar los impactos del cambio climático, como las actuaciones necesarias para defender a las personas.
Porque no hay planeta B a donde ir, ni tampoco habrá una Rota B donde vivir, si esta yace bajo las aguas del mar dentro de tres décadas.
Mateo Quirós interviene en el pleno de Rota (Cádiz)